No perdono.
Aunque me encadene al infierno.
Ya perdoné
mil veces.
O ninguna (?)
No puedo.
¿Entonces?
Al menos,
no olvido.
Aunque perdone.
No puedo.
La reincidencia
es tuya.
La intolerancia,
sólo mía.
Esta vez,
elijo no perdonar.
Y
si ardo en el infierno
de mis odios
por eso,
ya renaceré.